De vacaciones en la Ciudad de México fuimos invitados a ver tocar en vivo a Grease Bückerts, sin afán de tomar foto; solamente ir a divertirnos. Pero como nos encanta lo que hacemos y lo disfrutamos como no tiene una idea y siempre cargamos con una cámara, unos cuantos lentes y la memoria SD, fuimos.
Fue emocionante desde que llegamos al punto de reunión para irnos con la banda. Eran las 7:00 de la noche y empezaba a llover, no causo estragos solo humedeció las sudaderas y la mochila. En lo que caminamos al tren suburbano; como todo unos fuereños tuvimos que comprar una tarjeta y un viaje de «distancia larga», tenia mis dudas hasta donde iríamos pero aun así sabia que valdría la pena ir.
Subimos al tren y pasamos algunas estaciones hasta llegar a la llamada: «Lechería» (no sabia muy bien donde estaba, solo sabía que estaba en el Edo. de México), nos bajamos y nos subimos a una combi o camioneta de pasajeros que nos dio un recorrido extenso, bajamos y aun caminamos unos 5 min. más. Por suerte la tormenta se había convertido en gotas diminutas.
El bar a donde paso todo se llama «Emergente» con una temática cómoda (unos bancos hechos con llantas, mesas bajas tipo «botoneras», una luz tenue, una decoración en sus paredes de calaveras rockeras y colores azules, rosas y amarillos). En su menú había pulque, mezcal y bebidas preparadas; en sus snacks había chicharrones (mejor conocidos por nosotros como churritos) salchichas, cacahuates y papas.
Eran aproximadamente las 10 de la noche, todo transcurría excelente, la gente llegaba con sus amigos o pareja, pasaba el tiempo y poco a poco se empezaba a llenar el lugar. Mientras veíamos a la gente bailar, beber y hasta reír. El ambiente que nos rodeaba era como si hubiéramos viajado a los 60’s con looks muy bien parecido. Pincharon rockabilly, psychobilly, surf y rock n’ roll.
El bar; una cámara donde el tiempo transcurría de una manera diferente. Veías entra, salir y moverse a la gente de una lado a otro; en las manos cargaban un vaso de peltre, una botella de cerveza o un vaso de plástico. Claro, el contenido de cada uno era diferente!, todos gritaban ¡vamos queremos escucharlos! agitando el cuerpo.
Llego el momento, la banda conformada por cuatro integrantes Mauro Mejia – Voz, Matt Watson – Guitarra, Coros, Lechuga Stoner – Bajo y Eduardo Hortiales – Batería. Apenas salió el primer acorde de las guitarras sus seguidores no dudaron un momento para ponerse a bailar, gritar y algunos que otros para tomarles videos y fotos que después subirían a redes sociales.
Un sello musical fusionado entre la música punk por sus letras y su melodía contenía toques de psychobilly. Nerviosos por ser su primera tocada no tardaron en sorprendernos sobre el escenario. Una voz ronca por parte de Mauro y los arreglos por parte de los músicos hacia emanar una energía que te hacía vibrar sobre todas las cosas.
Transcurría la tocada y el publico seguia euforico, brindaba y aplaudia de una manera inaudita. Mauro pulía el piso con sus botas, sacando sus mejores pasos.