“Este 9 de marzo yo paro”
Julieta Venegas: una “Despechada mexicana”
Por Eduardo Roel. Foto: Tania Godoy.
Un aire vernáculo se vivió la noche del viernes en un recital que invitaba a la intimidad,
un Teatro Galerías que lucía a tope por el gran conglomerado que asistió a presenciar a
una cantante con gran peso en la música latinoamericana, y que se ha mantenido vigente
por más de 20 años en su trayecto solista.
Esto era una entrega diferente. Entre nervios, un vestido azul, unos aretes largos, cuatro
instrumentos, la voz y la sabiduría de Julieta, fueron suficientes para hacer cómplice a un
público que se mantuvo fiel y que respondió a lo que pocos saben lograr.
“Ilusión”, “Amores platónicos”, “Ya conocerán” y “Forma”, dieron catedra de la destreza
que Julieta demostró en un hermoso piano de cola, y que presentaba la primera etapa de la
velada, la cual prosiguió homenajeando a Charly García, al entonar “Ojos de videotape”,
citando al argentino como todo un referente musical.
Llegó el momento para las cuerdas y al unísono de “Canta, canta, canta”, la tijuanense
mostraba su admiración por el “Rey” José Alfredo Jiménez, siendo este, el segundo
homenajeado de la noche, avecinando el estreno de “Despechada mexicana”, una
canción muy a la mexicana. “Debajo de mi lengua”, “Una respuesta” y “Canciones de
amor”, culminaban el bloque a guitarra que mostraba a una Julieta relajada al llevarnos
entre anécdota y anécdota.
No podía faltar el acordeón y con “Oleada”, “Ese camino” y, quizá su canción más
comercial, “Andar conmigo”, dieron una tercia de ases perfecta.
Un adiós sano lo mostró con “Despedida”, y aunque debo confesar que tenía a la cantante
en una percepción muy rosa, me sorprendió al declarar de manera honesta: “Este 9 de
marzo, yo paro”, haciendo énfasis en la situación actual del país y recitarnos “Déjenla
dormir”, como réplica a lo acontecido apenas unos días atrás.
Llegaba la parte final del show y “Esta vez”, “Seguiré viva”, “Vamos caminando”, “Eres
para mí” y “Si hay palabras”, mostraron su efecto al percibir beatitud total, sin saber que
la multiinstrumentista estaría a punto de concluir la noche con “Casa abandonada”, “Mis
muertos” y “Me voy”.
No pasó ni un minuto y Julieta regresó al escenario, burlándose y comentando que para
qué se tardaba si de todos modos regresaría. Un encore compuesto por “Limón y sal” y
“De mis pasos”, no fueron suficientes, ya que “El Presente” y “Lento”, fueron suplicas
que la trajeron de nueva cuenta, agradeciendo al interpretar dichos temas y regalarnos
como última pieza, “Paloma querida”, del ya nombrado José Alfredo Jiménez.