Adanowsky, The Fool

Hace tres años cubrí un concierto mientras me encontraba en un momento sumamente deprimente de mi vida y que se agravaría con la pandemia. En ese momento me encontraba en el C3, escuchando un proyecto que seguía desde mi adolescencia y lloré, lloré bastante sacando mucho de lo que me acongojaba. Y el día jueves 21 de septiembre del 2023 volví a ese recinto. Bueno, al Rooftop, donde ya he visto a otras bandas tocar, de hecho. La cosa es que volvía y de nuevo estaba confundido y triste al cubrir un evento a ese recinto. Sinceramente ni siquiera quería ir. Me sentía demasiado mal. El día había sido terrible. No me concentré en el trabajo, no pude desempeñarme bien en general y hasta olvidé algunos pendientes importantes. Sólo podía pensar en el desastre que estaba viviendo en ese momento.

Además, pensaba yo, el nuevo álbum de Adanowsky no me había encantado. Sus discos anteriores sí, uno más que otro, claro. Temía un poco que justamente por el hecho de llevar su gira The Fool a Guadalajara, haría que tocase en su mayoría esas canciones. Y así iba llegando yo a Chapultepec para seguir trabajando después de un día con la mente obnubilada. Curiosamente el concierto comenzaba tarde, así que mi amigo el fotógrafo y yo quedamos de vernos antes. Fuimos a un bar del otro lado de Vallarta para poder chelear un poco antes del evento. Ahí no pude aguantar, después de darle un trago largo a mi cerveza que la dejó a menos de la mitad de su capacidad, simplemente me desviví en contar mi situación y cómo me sentía. Me desbordaba la impaciencia y la desesperación.

Al acabarnos las bebidas, nos fuimos para el C3. Ya se supone que era la hora de que comenzara el ingreso, pero los medios estuvimos aún más tiempo fuera y formados esperando. Tuvo alguien más que darnos ingreso, incluso en un momento no me dejaban pasar porque no tenían pulseras para detectar a los reporteros. Las peripecias pequeñas que a veces se presentan y son parte del negocio, dirían algunos. Ya arriba podíamos ver que la asistencia era algo discreta en cuanto a su número. No éramos muchos esa noche en el Rooftop, pero bueno, mi amigo fotógrafo se fue a checar sus cosas de cámara y yo me dirigí a la barra del lugar para seguir con la ingesta de refrescante bebida espumeante.

Unos chicos muy jóvenes estaban tocando. Sonaban muy bien, ojalá les hubiera puesto un poco más de atención. Platicaba con una chica que tuvo que ver con mi catástrofe que viví desde el inicio del día. Me sentía aun más desolado y confundido, no entendía nada de la situación y eso me alejó de la posibilidad de disfrutar de los chicos güeritos que tocaban baladas dulces. Yo solamente estaba bebiendo cerveza y contestando algunos mensajes, escuchando algunas notas de voz. Yo ya no quería estar ahí. Me sentía tan ansioso y desesperado.

En un momento intermedio me quedé sólo cerca de los controles. Seguía bebiendo y contestando algunos mensajes. Contaba mi situación a alguien nuevo porque es un modo en que noté que puedo pensar mejor mis problemas y poder dilucidar qué debo hacer para mejorar la situación, pero esa noche no sabía en absoluto qué hacer. Sólo estaba con el corazón roto y desubicado esperando a que Adanowsky empezara a tocar. Entonces escuché un barullo. La gente se emocionaba y volteé a ver qué ocurría. En cuanto levantó mi mirada veo a Adanowsky siendo acompañado al escenario. Pasó justo delante de mí y yo totalmente distraído por el dolor que estaba experimentando.

Subió al escenario. Es un hombre interesante el que ahí estaba, justo como lo había visto en videos y fotografías, incluso muy sencillo y relajado. Empezó a tocar y cuál es mi sorpresa que su primera canción es Estoy Mal. Yo reí para mis adentros, no sólo fue la primera canción de Adanowsky que escuchaba, sino que me quedaba perfectamente – Estoy mal, infinitamente mal y el porqué es un misterio…- Pues sí, es un misterio lo que ocurría hasta cierto punto. Así que me dejé llevar. Qué coincidencia más grande. El Ídolo empezaba con las canciones que yo escuchaba hace años y justo con una que me representaba muy bien.

El evento era tan íntimo, así fue como Adán hablaba constantemente con nosotros y los asistentes la verdad es que lo apreciamos mucho. El que de manera tan directa nos dijera la verdad de todo lo que hubo detrás del evento, detrás de sus canciones e incluso nos contara que no tenía voz por la mañana y tuvo que someterse a una inyección para poder tener las cuerdas vocales, nos daba a entender que él simplemente quería disfrutar de una situación así de tranquila con la audiencia que se junto y que seguramente eran muy sus admiradores.

Y así es como nos estaba conquistando a todos. De su voz lánguida podíamos escuchar grandes canciones compuestas por él o por aquella que le ayudó a escribir su padre Alejandro o alguna que escribió con su primo, Devendra (ahí mismo me enteré de ese parentesco). Nos enteramos de otras anécdotas de su vida sentimental, de sus amigos bohemios, musicales y sexualmente alegres. Y aunque no llevó a su banda, debido a que la venta de boletos no fue la que pareció óptima para ese tipo de show, él mismo tiene toda la actitud y personalidad para que con su sola guitarra prenda el ambiente. Pero nos prometió el show regular y completo, en un futuro habremos de disfrutarlo.

La pandemia le quitó algo a todos en diferentes medidas y direcciones, a Adanowsky le valió un alejamiento de su carrera regular como músico. Y por eso no podía dejar de sentir cada canción a flor de piel, en el latir de mi corazón que punzaba como una

herida abierta y en mi piel que estaba cálida por el clima regular de la ciudad. Yo me sentía tan identificado, septiembre no ha sido para nada como había pensado que sería y a pocos días de mi cumpleaños, pude tener de regalo un concierto tan próspero y relajado que sabía que era exactamente lo que necesitaba. No era el bullicio estruendoso regular o el asedio de todos empujándonos contra la barra de contención, fue la paz que no había sentido en tanto tiempo y lo logré en ese concierto.

por Jairo Montañez y Leonardo Ramirez

 

Previous Post
Next Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *