Aniversarios Tianguis Cultural y despedida de la
Mugrosa Ska.
La mugrosa siempre estará presente
Alejandro Monrroy
El Tianguis cultural a lo largo de los años se ha convertido en un centro de reunión de subculturas en nuestra ciudad, donde cada sábado ininterrumpidamente ya durante 20 años no nos has fallado y ha sido el lugar para encontrar los discos, merca de nuestras bandas favoritas, libros poco comunes, antigüedades, videojuegos, comics y demás artículos varios producidos por la gente tapatía.
Además de todo eso, también ha sido una plataforma para que bandas independientes puedan dar a conocer su música, sin distinción de géneros, con conciertos gratuitos para todos los asistentes. Pero así como ha sido el comienzo de la carrera de muchas bandas, también ha sido el testigo del final de algunas, como lo fue el caso para la banda de ska La Mugroso Ska, que con 9 años de vida, decidieron decir hasta luego a los escenarios y a sus fans.
Testigo fue porque el 19 de diciembre del 2015 por motivo del 20 aniversario del Tianguis Cultural se organizó una tocada para festejarlo donde predomino el ska, ska-punk y el adiós de La Mugrosa Ska fue lo que le dio el toque melancólico.
La tocada se supone que empezaba a las 12 pm pero al momento que llegue al Cultu (Como se le dice de cariño) que fue como a las 3 pm que se supone iba empezar La Mugrosa Ska y me di la sorpresa que apenas la segunda banda estaba tocando que era Cavaret Noise Collective pero que para ese momento la explanada debajo del escenario ya estaba totalmente llena y todos los asistentes estaban bailando con toda la actitud al ritmo del ska-jazz cabaretero que nos ofrecieron estos jóvenes músicos.
Después siguió La Minerva con un ska-punk en su máxima expresión, haciendo elevar el espíritu anarquista, mientras se la mentaban al gobierno y les daban monos de cartón con la cara de nuestro presidente Peña Nieto para que el público la destrozara totalmente y otro de Donal Trump para que el vocal y trompetista se subiera en una balsa inflable a navegar entre el público y destrozarla hay, logrando que la euforia de todos se elevara hasta por las nubes.
Se terminó el anarco-ska-punk y todos los asistentes estaban ya en un punto muy álgido de emoción y siguió el turno de una banda de ska-punk que es muy querida por los tapatíos No Tiene La Vaca para darle ritmo y sabor a la anarquía del ambiente.
Ellos comentaban que el Cultu es de sus lugares favoritos para tocar y pude comprobar el porqué, simplemente porque tienes a una multitud de jóvenes y no tan jóvenes dando vueltas en el pit sin control y bailando al ritmo de su alegre música. Esta banda me gusta verla en vivo porque son muy divertidos en el escenario, la química que tienen entre ellos crea un “ambiente de cotorreo de compas” que te saca risas y le sigue sus alegres canciones, una mezcla de campeonato.
La tarde avanzaba y el sol se veía que nos quería dejar para irse a descansar, cuando llego el turno de los estelares del evento La Mugrosa Ska, el comienzo de su última presentación. En sus rostros se veía una mezcla de alegría y melancolía, era comprensible, yo también estaría así de saber que es la última presentación después de tantos años de estar en todos tipos de escenarios.
Cuando se subieron, todo el público los recibió con aplausos y gritos de alegría. La Mugrosa lo recibieron con mucho aprecio y lo primero que hicieron fue agradecerles, anunciar su retiro de los escenarios, pidiendo que todos bailaran como que si el mañana no existiera y así empezó el ultimo baile. Tocaron durante un poco más de una hora, tocando sus grandes éxitos viejitos y nuevos, a pesar de que su música es alegre y con mensajes muy positivos era imposible no sentir la melancolía por el motivo de la presentación en el ambiente y ya cuando fue su última canción pidieron a todos los asistentes que tumbaran la valla y se subieran al escenario con ellos, estando más cerca de su gente que los ha acompañado durante la existencia de su carrera, haciendo que las lágrimas brotaran del vocal y de Racho el bajista.
Tocaron la última canción y sus fans se acercaban a felicitarlos y agradecerles por tantos años de buen ska, dándole cierre a una emotiva y como bien he repetido muchas veces a lo largo de esta nota: melancólica. Dejándonos tristes pero a la vez contentos de haber presenciado tan estupenda tarde de ska y por haberle dado el adiós como se merece a tan buena banda.