Carlos Sadness «La sensación»

Carlos Sadness

«La sensación»

Por: LUENI FLORES Y LEO RAMIREZ



Una larga fila para entrar así como una larga emoción que se sentía por parte de los asistentes que iban bastante bien vestidos al concierto, como simulando los atuendos de Sadness y sus acompañantes. Una vez adentro, el lugar se veía a reventar. Estaba lleno de gente que esperaba ansiosa la salida de la banda. Y es que desde que apenas estaban dando acceso a los asistentes al evento Carlos salió fugazmente causando furor. He aquí una palabra clave para describir todo lo que sigue del concierto: furor.


La gente hablaba, los temas eran las presentaciones de Carlos en la Ciudad de México y las posibles canciones que fuera a interpretar esa noche. Poco antes de la aparición de los españoles a escenario escuchaba que en multitud gritaban “Hoy es el día“. En verdad había una entrega significativa por parte de sus admiradores.





Y es que es obvio que el barcelonés cause eso en sus admiradores pues también se entrega a ellos en una interacción bastante íntima en que les da lo que quieren. Parece que habla con un colega del barrio, con un compañero de clase, con un amigo que tiempo atrás no veía. Y tiene el encanto suficiente para mantener la atención de sus espectadores inalterada y viva. Hablaba con emoción hacia su gente. También expresaba la emoción que le causaba estar ahí, la impresión que Guadalajara le causaba y por momentos parecía incluso confundido del furor que causaba. De como ante el inicio o final de sus oraciones la gente gritaba enloquecida. Pero parecía fascinado.


Cuando salió Carlos Sadness simplemente los tímpanos reventaban por las gargantas que también estaban reventando por la intención de expresar con mayor intensidad la emoción que la persona de a lado. Fue increíble como despertaron durante todo el tiempo del concierto la animosidad flamante de los asistentes. En ningún momento se perdió el brío de ningún lado del recinto, ni Carlos y sus acompañantes, ni las personas emocionadas que cantaban y bailaban sus canciones.

Fue sorprendente el cierre, tan lleno de energía, tan lleno de emociones. No parecía que hubiera pasado todo el tiempo que pasó. Parecían todos frescos. Parecía que la banda no perdía en absoluto su fuerza y que sus admiradores no perdía en ningún momento la emoción enloquecedora de estar ahí para disfrutar de un gran momento. Puedo decir que Carlos supo conmover los corazones y los cuerpos danzantes de sus fans.

La noche iba genial, parecía todo lo que sus admiradores habían esperado. Pero de repente Carlos dijo que iba a mandar sus coordenadas a un amigo suyo a ver si llegaba. Durante la canción “Días impares“, Caloncho subió al escenario sorprendiendo a muchos de los que estaban presentes (por lo que escuché después, otros tantos se esperaban que apareciera el mexicano en el escenario) aunque su participación fue breve y no muy armoniosa, Caloncho fue un extra sorpresivo a la experiencia de los asistentes que lo recibieron entusiastas.


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