Tempestad

La Barranca 

Tempestad 
¿Qué es este ruido? ¿Qué es lo que veo? Sinceramente me sorprendió la
agitación que ya se presenciaba en la entrada del Foro Independencia el sábado
26 de agosto. Notaba con gusto que la convocatoria de La Barranca para su
celebración había sido totalmente exitosa, pero también, fue portentosa. La
pomposidad de los ánimos de todos los asistentes se notaba.
Gente de todas las edades se había conglomerado en el lugar para poder
estremecerse ante las sorpresas que La Barranca tenía para ellos. Entraban al
lugar, no dejaban de entrar. El flujo del río de gente no se detenía y dentro
se llenaba un bello mar de gente que no podía significar más que la prontitud a
una noche genial.
Qué electrizante era ver el Foro llenándose. Era precioso ver que cada
rincón se debía ocupar para darle atención al evento que estaba a punto de
comenzar y que estaba por deslumbrarnos.
Vaya manera de comenzar. Sale El Fausto a escenario. Vaya cosas que nadie
espera. Desde el inicio de su presentación todos expectantes, algunos bastante
desesperados y escépticos, quedaron anonadados con la banda. Simplemente
estaban ahí, haciendo los suyos, con una gran seguridad. Con tremenda
seguridad, con impresionante energía.
¿Qué tenían para nosotros? Un invitado especial. Un tapatío bien conocido
por su trabajo como cantautor. Sube Gerardo Enciso al escenario y la reacción
de todos es enloquecer y el aceptable estruendo que había antecedido para
agradecer a El Fausto por sus primeras canciones, ahora estaba descontrolado.
Gerardo en verdad estaba enardeciendo corazones.
El Fausto sale del escenario como los grandes. De ello no cabe duda.
Pero ahora el calor, de toda esa bella gente que ya había preparado sus
voces para corear lo mejor que la Barranca pueda aventar, nos reconfortaba.
Desde la valla cerca del escenario hasta la entrada al Foro. Todo estaba en el
preciso momento de suceder y sucedió. Comenzó. Vemos a la Barranca iniciar. Con
tanta familiaridad, con tanta soltura y comodidad. Como tocando para sus viejos
amigos. Como estando delante de sus familiares más allegados.
Ahí estábamos. Todos coreaban el comienzo de la canción. Todos seguían
coreando. Todos seguían cantando. Parecía que una sola garganta estaba
emitiendo decenas de voces juntas, al mismo tiempo. En un ritmo concordante que
no dejaba a dudas que todos estaban en la misma sintonía: en el escenario,
todos justo frente a él, a los lados del foro, hasta atrás y en medio. Todos
podían sentirse en comunión.
Conforme iba sucediendo la noche no baja nada en absoluto. No bajaba la
agitación en ningún momento. Todo se elevaba para darle a la noche toda la
situación especial de maravilla que no era para menos tener. No me dejarán
mentir, estuvo espectacular poder estar ahí. Podíamos ver a verdaderos señores
del rock nacional haciendo lo que en el escenario se debe hacer. Sin titubear,
sin dudar, simplemente siendo.
¿Qué les dijimos? Evento asegurado en calidad. La Barranca no es una banda
cualquier y por ello están festejando de esta manera que sus fanáticos han de
agradecer bastante. Fue una noche mágica, no hay duda. De principio a fin se
sentía esa chispa. Ese fuego. Esa tempestad.

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