2020: El año de la generación que vio morir todo
El año esta por terminar, prácticamente. Ya pasaron las fiestas patrias, está por pasar Halloween y el Día de los Muertos, la navidad está a una nada, y luego… ¡pum! se acabo el 2020.
El año 2020 será conocido por la humanidad, como el peor de todos. Fue el año en el que una pandemia terminó con los sueños y metas de todas y todos. Fue un año que no vamos a olvidar, pero que nos ha dado una gran lección, y nos ha obligado a realizar otro tipo de actividades los fines de semana, realmente muy diferentes a las que estábamos acostumbrados.
Tenemos ya más de 8 meses sin conciertos presenciales, y ya se siente la melancolía, incluso desde los primeros meses. Sin embargo hemos disfrutado los conciertos de maneras muy diferentes: Transmisiones en vivo, conciertos por Facebook live, etc; pero no es lo mismo.
¿En realidad hay una respuesta positiva del público?, en verdad ¿están funcionando los concierto online como quisieran los músicos?, hablando económicamente, ya que no se puede cobrar como si fuera en vivo y no a todo público le agrada la idea de ver un concierto a través de una pantalla.
Son tantas las cosas que se extrañan, cada vez más y más, que ahora la pregunta de rigor es la siguiente: ¿Volveremos a disfrutar momentos como los que disfrutamos antes?, ¿tendremos pronto una vacuna la cual nos regrese nuestras salidas a los conciertos?, ¿Será que fuimos la última generación en vivir los conciertos tal como han vivido a lo largo de los años?
Los conciertos, a final de cuenta, van a regresar poco a poco, como por ejemplo: en México regresaron los primeros conciertos a distancia siendo en terrazas enormes con bayas y en carro, los primeros en hacerlo fue la banda conocida como Moderato, siguiendo el creador del -Sab hop- el Sabino.
Esta conclusión es la misma a la que llegamos diferentes colegas con los que he conversado.
La mayor parte de los comentarios van por el lado más simple: No es lo mismo. Se extraña mucho ver a la gente querer tener a su artista favorito lo más cerca posible para poder guardar ese recuerdo de por vida, incluso para guardar ese momento en una foto. Se extraña la música a todo volumen, los coros del público, las luces de los celulares o encendedores, la cerveza fría, y como la energía de la gente se transmite y genera una corriente que hace erizar la piel.